imagen ilustrativa sobre inteligencia artificial y conciencia

Introducción

Desde muy temprano el ser humano se ha visto enfrentado al problema mente-cuerpo. Incluso hoy, donde los avances en neurociencia nos permiten un acercamiento científico al cerebro, no existe un consenso de qué es la conciencia (y ni siquiera si ésta tiene su origen en el cerebro); y sin embargo esta es una experiencia común para todos los seres humanos. Para una criatura consciente, algo se siente ser tal criatura, reflejando que algo hay en la experiencia de ser una persona, un delfín o un murciélago, tal cómo lo expusiera Thomas Nagel en 1974 en su célebre artículo “What is like to be a bat?”.

El concepto de consciencia se refiere a “la cualidad subjetiva de la experiencia” (Chalmers, 1999, p.26), siendo este el problema central, o el problema difícil como lo expone Chalmers. Para despejar algunas dudas, la consciencia no se trata de la autoconciencia, ni de inteligencia y tampoco necesita el lenguaje para manifestarse. Parece ser que la consciencia está más cerca de la vida que de los conceptos mencionados. Si la conciencia puede prescindir de la inteligencia, de la autopercepción y del lenguaje, ¿Puede prescindir de la vida?.

Por otro lado tenemos lo vivo, que por gran tiempo se miró desde una perspectiva adaptacionista, tal como lo critica Gould & Lewontin en 1979, quitándole todo mérito al propio sistema. Entonces, aparece el libro “De máquinas y seres vivos”, con la autopoiesis como proposición para señalar lo vivo como aquello que se autogenera y que existe en un constante desafío a la entropía que constantemente lo jala hacia la indefinición o la muerte.

Se siente de alguna forma estar vivo, pero no podemos llevar la consciencia a todos los procesos que ocurren en el organismo, somos conscientes de pensamientos, sensaciones, del dolor, de incomodidad, pero no podemos llevar nuestra conciencia al funcionamiento del corazón, estamos en control a cierto nivel de abstracción, a cierto orden.

Entonces llegamos a la era de la Inteligencia Artificial y los “Grandes Modelos del Lenguaje” que nos traen a debate: Si la consciencia pudiera prescindir de la vida, ¿Es posible pensar en que logremos agentes inteligentes y conscientes en el hardware computacional actual? ¿Es la consciencia algo que podamos simular? Incluso, ¿Es ético pensar siquiera en el estudio de agentes conscientes artificiales tan solo con fines prácticos?

De la Sensibilidad a la Consciencia: El Espectro de la Cognición en IA

Dos corrientes de pensamiento se pueden diferenciar en el intento de explicar la conciencia: uno no reduccionista, donde podemos encontrar al Dualismo, Panpsiquismo y el Idealismo, y uno reduccionista, como el Funcionalismo Computacional o la Mente Cuántica como Penrose (entre otros) propone.

Consideremos el término Inteligencia Artificial (IA) como el Aprendizaje de Máquina (Machine Learning), dado que si bien la IA considera otros campos de estudio, el Aprendizaje de Máquina es el área donde se estudia y desarrolla la tecnología. Y en particular, centremos el debate en el Aprendizaje Profundo (AP a continuación).

El AP se parece bastante al experimento mental de la Caja China, el que a su vez representa en gran medida los sistemas inconscientes de nuestro cuerpo: Son cajas negras que funcionan sin consciencia. Hay una diferencia a destacar: Una vez que un modelo de AP ha sido entrenado, este permanece estático (necesario para poder funcionar de manera rápida), mientras que nuestros sistemas de aprendizaje evolucionan en el tiempo de forma orgánica, tienen la flexibilidad y la capacidad de adaptarse, para mejor cuando aprendemos a hablar, y también son sujetos de degeneración como cuando alguien tiene demencia senil. Aun la IA General (IA Fuerte), sucede lo mismo, la Multimodalidad en el Aprendizaje de Máquina no implica un cambio en la rigidez mencionada, por lo que todo lo que sucede en un ambiente estático una vez que el modelo ha sido entrenado y puesto en uso.

Es necesario también considerar que la consciencia no es algo binario, “hay una transición suave desde tipos mínimos de sensibilidad hacia el mundo hasta tipos más elaborados, y no hay razón para pensar en términos de divisiones abruptas” (Godfrey-Smith, 2017, p.44).

Así es que el surgir de la conciencia, parece estar ligado intrínsecamente a la vida: Un sistema autopoiético es necesario y suficiente para la vida y la cognición. Esta idea surge de la obra de Maturana y Varela en la cual exponen que:

  • No hay cognición sin vida, ni vida sin cognición.
  • Todo ser con mente tiene vida.
  • Todo ser vivo tiene cognición.

Por supuesto que esta cognición está arraigada en esta transición suave que expresa Godfrey-Smith, una ameba sabe cómo desenvolverse en su ambiente, un glóbulo blanco sabe cómo defender al cuerpo, pero no es consciente, no hay una experiencia subjetiva.

Para que surja esta experiencia subjetiva consideremos que el “yo está arraigado en el cuerpo” y como Damasio define “el primer nivel de Identidad, la Proto-Identidad (proto-self), se representa como el monitoreo inconsciente del momento a momento del estado de un organismo(…) Cuando objetos alrededor interactúan con esta Proto-Identidad, el estado interno del organismo cambia, por ende se modifica esta Proto-Identidad. Estos nuevos mapas pueden originar la conciencia y generar la Identidad-Central (core-self)” (Tsakiris & Preester, 2019, p.46). Luego continúa argumentando que todos estos cambios en el tiempo generan la Identidad-Autobiográfica (autobiographical-self). Es entonces que este sentir, esta afectividad en términos básicos, dan origen a la conciencia. Algo se siente ser el organismo que se es, algo se siente estar en peligro, algo se siente cómodo. Aparece el saber qué (know-that), más allá del saber cómo (know-how).

Reflexiones Finales: La distancia insuperable entre Inteligencia Artificial y Conciencia Verdadera

La conciencia tal y como la conocemos, surge a raíz de la vida y viceversa, la cognición es necesaria para la vida. Esta regulación homeostática que requieren las máquinas vivientes para poder mantener su status de unidad y de vida, genera según Damasio la Proto-Identidad, considerable como el primer paso sensitivo hacia la conciencia de alto orden como la humana.

También es necesario concluir que la conciencia no está cerca ni del Lenguaje ni de la Inteligencia, por lo que aunque aparezcan máquinas inteligentes, tal como hoy lo son los Grandes Modelos del Lenguaje (LLM) y en el futuro Inteligencias Artificiales Generales (o Fuertes), estos nunca tendrán una vida interna, pues siguen siendo modelos rígidos corriendo en silicio en términos binarios. Sobre todo debemos considerar que estos modelos de Aprendizaje Profundo, no interactúan con su entorno: Se levanta una instancia, se le entrega un input y produce un output pero no hay ningún estado interno que cambie con las interacciones, cada modificación a los modelos (reentrenamiento) da origen a otro modelo distinto e igual de rígido y por ello se imposibilitan de generar conciencia dado que no acceden al primer nivel de la Proto-Identidad que propone Damasio.

Sin embargo, existen campos nacientes de estudio respecto a la implementación de Conciencia Débil para sistemas de Aprendizaje de Máquina, los que podrían arrojar nuevas luces respecto al fenómeno de la conciencia, y también potenciar aún más esta área tan interesante de la tecnología actual. Aún así no constituyen en sí sistemas sintientes.

Ética

Si en principio podemos construir Conciencia Artificial a través de Vida Artificial, nos depara un desafío importante multidisciplinar y lo más probable es que esa máquina termine pareciéndose bastante al Cerebro y al Sistema Nervioso. Lo que alza otras preguntas: ¿Deberíamos siquiera intentarlo? No parece ético generar vida consciente tan solo con fines científicos o prácticos, dada la naturaleza interna de la experiencia subjetiva, y nuestra incapacidad para detectarla desde fuera, estaríamos en un dilema moral al crear vida consciente, sin saber si su vida interna pudiera tener un dolor inconmensurable, o simplemente apagar y encender otra y otra; o esclavizarla, encender vida consciente para realizar tareas sin considerar su vida interna.


Referencias

Chalmers, D. J. (1999). La mente consciente: En busca de una teoría fundamental. Gedisa Editorial 1999 il..

Godfrey-Smith, P. (2017). Other Minds: The Octopus and the Evolution of Intelligent Life. William Collins.

Maturana, H. R., & Varela, F. (2004). De máquinas y seres vivos: autopoiesis: la organización de lo vivo. Editorial Universitaria, Grupo Editorial Lumen.

Shanahan, M. (2015). The Technological Singularity. MIT Press.

Thompson, E. (2010). Mind in Life: Biology, Phenomenology, and the Sciences of Mind. Harvard University Press.

Tsakiris, M., & Preester, H. d. (Eds.). (2019). The Interoceptive Mind: From Homeostasis to Awareness. Oxford University Press.

Seth, Anil (2009). The strength of weak Artificial Consciousness. World Scientific Publishing Company